La fotografía es compartir
- Darío De la Fuente
- 5 ago
- 4 Min. de lectura
¿Porqué hacemos fotos? Esa pregunta podría ser todo el contenido de este post.
Una foto puede ser informativa, un recuerdo, una escena bonita o un animal curioso. Pero más allá del qué es lo que justifica hacer una foto, hay un elemento constante. Es una forma de poder reproducir un hecho, pero en otro momento y lugar. La idea misma de fotografiar algo es que sea visible por alguien más, incluso si ese alguien eres tú mismo en un tiempo futuro.

Cuando vemos algo que nos inspira a sacar la cámara y tirar una foto es porque ese algo tiene un valor y vale la pena guardarlo. Pero, ¿para qué guardarías algo que nunca más pretenderías ver ni mostrar? Creo que la mayoría de las fotos las sacamos pensando en que queremos que otras personas también tengan la oportunidad de verlo. Ok, quizás no todas, pero sí la mayoría.

La dificultad siguiente es que verlo es distinto a vivirlo, y de ahí que traducir una escena en un momento y lugar a una fotografía sea tan complejo. "La foto no le hace justicia, pero te juro que..." Esa frase la hemos escuchado muchas veces y muestra las ganas de querer compartir lo que hemos vivido.
Pero cuando uno saca una foto consciente de buscar una composición específica lleva el adicional de "verlo a mi manera". En un mismo evento podemos estar seguros de que todos vivimos algo distinto. Y esa forma de buscar reproducir lo que viviste es lo que podemos llamar "expresión".

Al mostrar una foto, por muy simple y objetiva que parezca la imagen, es la expresión de lo que sentiste al momento de tomarle la foto a algo. No es necesario ponerse demasiado conceptual ni hacer un psicoanálisis del estado de ánimo del autor en cada una de sus fotos. Por ejemplo, si fotografías un ave y quieres que la foto sea bonita, es porque te pareció que el ave es bonita, y así quieres que el resto la vea. Es una simple opinión que compartiste en forma de imagen.

Una composición estética y simple, llena de colores vibrantes no es necesariamente el epítome de la fotografía. Esta ni si quiera tiene la obligación de ser realista. Tenemos la libertad de usar todo tipo de recursos que permitan explicitar esa sensación que tuvimos al momento de hacer el "clic". La edición o revelado digital nos facilita esto. Puedes ir tan lejos como te parezca y nadie puede decirte si está bien o mal, porque tu foto es tu versión.

Luego, así como tenemos muchas emociones, podemos buscar infinitos resultados distintos en una misma escena y estos no tienen ni si quiera la necesidad de ser agradables o placenteros. Lo único que busca una foto al ser hecha y mostrada es querer expresarse y compartir un momento que al fotógrafo le pareció que valía la pena guardar, pero en su propia versión.

En la era de las redes sociales pareciera que una foto con más "likes" es mejor, pero esto dista mucho de la realidad. La misma foto puede parecer hermosa un día al espectador, y otro día puede parecer aburridísima, si es que su ánimo es distinto y no sintoniza con la expresión del autor. Lo que importa es que es un momento que como fotógrafo quisiste compartir, y ahí está el valor intrínseco de la fotografía como arte: transmitir y provocar emociones.
Otra dificultad es que el mensaje que va desde el fotógrafo hacia su público. Si sólo quieres satisfacer al público, arriesgas que deje de ser "tu versión". Quizás tengas "likes" y seguidores, lo que es excelente. Pero ¿te gusta y satisface realmente tu muro? o quizás tienes un rinconcito donde tienes las fotos que te gustan a ti por que "en instagram no les iría bien". Sí, a muchos nos pasa, y está bien. Es parte de querer compartir. No todo el mundo va a querer recibir. Tu galería es una herramienta más y no un reflejo de tu éxito.
Al final, una fotografía es una fracción de un momento tuyo que compartes con el mundo. Gracias por hacerlo.

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